lunes, agosto 22, 2005

Los gatos encerrados tras el retiro de Gaza

A.D.F.

…la ciudadanía se manifiesta cansada de tener que vivir con el miedo constante de los ataques de los grupos armados palestinos, quienes por otro lado, tienen cierta justificación en sus acciones en la medida que los asentamientos se encuentran en su tierra y son ilegales ante el derecho internacional. En la otra cada de la moneda, algunos afirman que Israel se rindió ante el terrorismo (¿y el derecho a defenderse de la humillación de la ocupación?)…

Terminó hoy, el retiro de 21 asentamientos judíos de la Franja de Gaza. El hecho ha sido leído de muy diversas maneras, desde las que brincan de optimismo, augurando la paz y deshaciéndose en odas al gobierno de Ariel Sharon, hasta las que califican la acción como intrascendente. Como cualquier hecho, tiene sus matices, y hay que desgajar una enorme cantidad de porciones positivas y negativas de la decisión para dibujar un bosquejo.

Desde su origen, este plan es controvertido tanto por quién es su promotor, el Primer Ministro de Israel, Ariel Sharon, como por las circunstancias en que nace.

Ariel Sharon es un personaje históricamente relacionado con la derecha reaccionaria sionista. Desde diversos puestos de gabinete, impulsó la creación de asentamientos en la región, incluso ya en su primer periodo como Primer Ministro israelí. En la década de 1970 se construyen los primeros asentamientos en la Franja de Gaza por orden directa de él.

Ya en campaña, Sharon garantiza que en las negociaciones de paz no estarían en discusión los territorios ocupados y que no cedería un ápice de tierra. Esa promesa le valió el triunfo consecutivo a dos periodos por ser el defensor de Tierra Santa.

Sin embargo es el mismo Sharon quien propuso de la noche a la mañana un plan de desconexión que contraviene su origen político, sus acciones pasadas, y que surge en un momento en el que las presiones internacionales del Cuarteto (Estados Unidos, Rusia, Unión Europea y la ONU), manifestadas en la “Hoja de Ruta”, no enfilaban a un retiro de Israel, sino a la flexibilización de las medidas de seguridad en la zona.

El Plan de Desconexión, es así mismo, un proyecto unilateral, que no fue consultado con los países que buscan ser mediadores en el conflicto ni con su contraparte palestina, así que carece de consensos y de un diseño articulado entre sus protagonistas.

Las escenas del desalojo de los 9 200 colonos, reflejan la polarización que existe al interior de Israel por la medida. Mientras en los asentamientos, más de la mitad de las personas decidieron abandonar sus casas por voluntad propia, fuertes focos de resistencia buscaron rechzar el desalojo con violencia que no dejó muertos, y esto es una victoria importante para Sharon, quien además ya se apuntó la aprobación del plan aún con la oposición inicial del Parlamento (que finalmente accedió en octubre de 2004), de la derecha, de Likud (su partido) y de media docena de sus ministros que renunciaron a lo largo de dos años y medio por su desacuerdo ante la medida.

Al exterior de la región, el plan cuenta con el 60% de la aprobación de la ciudadanía que se manifiesta cansada de tener que vivir con el miedo constante de los ataques de los grupos armados palestinos, quienes por otro lado, tienen cierta justificación en sus acciones en la medida que los asentamientos se encuentran en su tierra y son ilegales ante el derecho internacional. En la otra cada de la moneda, algunos afirman que Israel se rindió ante el terrorismo (¿y el derecho a defenderse de la humillación de la ocupación?)

Pero la controversia por la Franja de Gaza es histórica y no termina de estar claro el propósito de la presencia de Israel en la región, más allá del megalómano proyecto sionista de un super Estado judío y su situación estratégica de paso al mar. Se trata del territorio de los desaparecidos filisteos, un pueblo que fue despreciado por el judío por las numerosas invasiones que perdieron frente a otros pueblos (griegos, romanos, etcétera.) Mientras algunas ramas del judaísmo argumentan que por ahí pasó Abraham y David venció a Goliat, el hecho es que otros profetas condenan a los filisteos y llaman a su destrucción. Al final, la invasión de la Franja de Gaza en la guerra árabe – israelí de 1948 impuso la presencia del Goliat de Medio Oriente donde no tiene derecho.

Y mientras los jóvenes opositores a la retirada gritaron a los soldados israelíes “¡Nazis!” y publicaciones como Israel Insider dicen que los militares -pervertidos por el Cuarteto- sufren al ser obligados a hacer el trabajo sucio (porque fueron entrenados para defender a la gente inocente y ahora se les pide que desalojen para entregar la tierra a los que los aterrorizaron), la explicación de los motivos de la retirada, se mantienen confusos.

Terminar con 38 años de presencia israelí en la región no es gratuito, máxime cuando tuvo un costo de 2 000 millones de dólares (cada familia recibirá indemnizaciones de entre 200 y 300 mil dólares) e incluye peculiaridades como el traslado de 48 tumbas del cementerio de Gush Katia. No se trata de buena voluntad porque este no es el motor de las decisiones en política; cabe entonces preguntarse si Sharon no habrá actuado para buscar legitimar mayor fuerza en la represión contra los palestinos una vez que les ha entregado algunos territorios. O si lo habrá hecho para reducir el obeso aparato de seguridad que resultaba indispensable para proteger a los colonos. O si con esto buscará recobrar fuerza para reforzar la presencia en judía en los territorios (también ocupados) de Cisjordania y la parte occidental de Jerusalén.

Así mismo, existe la posibilidad de motivos más perversos pues principal asesor de Ariel Sharon, Dov Weissglas, afirmó al matutino Haaretz que la evacuación tenía el objetivo de impedir la creación de un Estado Palestino (6 de octubre, 2004).

Mirando a futuro, el impacto del desalojo de los asentamientos en Gaza será poco, y por sí mismo no garantiza nada. La medida es engañosa, pues a pesar de que será en octubre cuando la Autoridad Nacional Palestina se haga del control de esas tierras (una vez que los soldados judíos las haya abandonado), Israel conserva el control de las fronteras, las costas, el espacio aéreo y se reserva el derecho de reingreso a su consideración. Bajo estas condiciones, los palestinos seguirán viviendo en una gigantesca prisión, que no ofrece la característica fundamental que hace de una nación, un Estado: la soberanía.

Otro obstáculo para que el desalojo conduzca a la creación de un Estado Palestino, es que sólo la quinta parte de la Franja de Gaza estará bajo el control de la ANP, territorio conformado de “islas”, desarticuladas y rodeadas, lo que conduce necesariamente a un Estado débil y a merced de su celador.

Por último, Israel no discutirá su presencia en Jerusalén, como lo dijo Sharon en una reciente entrevista a la televisión local, y sin este tema toral, no habrá paz, así de simple.

La consigna los representantes israelíes luego de la retirada, ha sido endosar toda la responsabilidad de la paz futura al Primer Ministro de Palestina, Mahamoud Abbas, argumentando que ellos ya cumplieron (aunque no dicen que a medias), pero en realidad, poco podrá él hacer para detener a los grupos armados, porque sus exigencias (legítimas) no se han cumplido. Una descomposición de este origen, derivaría en el debilitamiento del ministro árabe y su posterior derrocamiento, con lo que Israel reforzaría su posición.

Hay más gatos encerrados que beneficios factibles.

De este modo, aunque la retirada de Israel es momento históricamente significativo, en los hechos ayuda muy poco, y la unilateralidad del plan, así como su sorpresiva propuesta, hacen sospechar más sobre su cara oculta que sobre los beneficios que pudiera traer para el equilibrio en la región.

¿Viviremos para ver a un Estado Palestino junto al Estado de Israel?

alfredo.diaz.f@gmail.com

miércoles, agosto 17, 2005

¿El corazón aún a la izquierda?

A.D.F.

…el Distrito Federal, que se supondría es su mayor botín para enfrentar la campaña, se ciernen fantasmas que amenazan con lo impensable hasta hace tres meses: que el PRD pierda en 2006 la Jefatura de Gobierno…

Reduciendo la política a la peligrosa y rehusada geometría, la izquierda en México está más cerca que nunca de llegar al poder, y esa envidiable posición no se podría entender sin la conquista del Distrito Federal en 1997. Los dos últimos candidatos del PRD a la presidencia, usaron de trampolín a la Ciudad de México, pero uno de ellos, hasta ahora, cavó también su tumba en el mismo bastión, y si las cosas no se manejan con extrema precaución, la historia puede repetirse.

Andrés López se encuentra de alegra precampaña para mantener la atención de los reflectores en lo que pasa el trámite para convertirse oficialmente en el candidato presidencial perredista. Sin embargo, el Distrito Federal, que se supondría es su mayor botín para enfrentar la campaña, se ciernen fantasmas que amenazan con lo impensable hasta hace tres meses: que el PRD pierda en 2006 la Jefatura de Gobierno.

El peligro para el PRD tiene tres orígenes, dos de los cuales tiene surgen desde el interior del mismo partido.

La primera es la ineficacia en las cuatro gestiones perrdistas que llevamos. La administración de Cuahutémoc Cárdenas careció de resultados (sobre todo en materia de seguridad, cuando se registraban hasta seis asaltos a bancos al día) y fracasó en su intento de demostrar las virtudes de que los capitalinos pudiéramos elegir por vez primera, a nuestro ejecutivo. Rosario Robles sólo logró refrescar la imagen del gobierno capitalino sin resultados plausibles.

Con la llegada de Andrés López, la gestión de la capital sufrió un revulsivo cambio que se reflejó en el exponencial incremento en el gasto en programas sociales (y asistenciales), construcción de obras viales, remodelaciones importantes en el Centro Histórico y Reforma, así como eventos públicos en diversas plazas. Evidentemente, también contó con el doble de tiempo.

Empero, la vida de los capitalinos, lejos de mejorar, ha empeorado en estos ocho años de administraciones perredistas. El problema del agua en zonas de Iztapalapa y Gustavo A. Madero, alcanza niveles indignantes, a lo que hay que sumar la ineficacia del transporte público, la imperceptible mejora en la calidad del aire, las inundaciones recurrentes en época de lluvias, el deterioro en el mobiliario urbano, el tráfico cada vez más complejo, pero de mayor importancia: la inseguridad.

Es cierto, el gobierno de López dio resultados interesantes y loables en algunas materias y permitió pensar en nuevos proyectos antes descartados, pero estos logros no justifican el ejercicio anual de 80 mil millones de pesos, que en lo inmediato, no se reflejan.

El segundo problema que enfrentará el PRD capitalino, es la disputa en la sucesión de Andrés López que puede abrir un boquete importante que debilite al partido.

La enorme popularidad de su candidato, y la casi segura promesa de llevar a ese partido al poder, ha hecho el perredismo, rehén del de los lopezobradoristas. Su cautiverio a la voluntad del prohombre tabasqueño se reflejó en la imposición de dirigencias partidistas con Leonel Cota en la nacional y de Martí Batres en la capitalina, en la obligada declinación de todos los precandidatos al gobierno del Estado de México a favor de Yeidckol Polenvsky por capricho de López, así como la expulsión de la cúpula perredista de los actos de campaña y de las redes ciudadanas, entre otros.

La promesa de la presidencia, empero, parece ya no alcanzar para someter al rancio perredismo a la voluntad de su nuevo líder (rodeado de gente ajena al PRD y la izquierda). Pablo Gómez, Jesús Ortega y Armando Quintero, están en abierto enfrentamiento con López por su deseo de heredar el poder a su delfín, Marcelo Ebrard. Las corrientes a las que pertenecen los miembros del llamado Tucoi (Todos Unidos con la Izquierda) no están dispuestas a declinar de nueva cuenta su aspiración de colocar a uno de los suyos en el gobierno capitalino como sucedió en el 2000, cuando Demetrio Sodi y Pablo Gómez fueron obligados a renunciar a sus candidaturas para complacer el deseo del líder de ese entonces, Cuauhtémoc Cárdenas.

El tercer reto que enfrentará el perredismo será ya en el proceso electoral, cuando enfrenten al PRI y al PAN.

A pesar de haber ganado en dos ocasiones consecutivas sin espacio a la duda, el PRD no ha gozado de un amplio margen de diferencia (que sí cómodo) a su favor. En esta ocasión, ambos partidos de oposición podrían postular candidatos de excelente presentación, de enorme carisma y con propuestas interesantes, que podrían recortar sufragios amarillos de aquellos que votarán con miras en el mejoramiento de su calidad de vida.

Las propuestas de Beatriz Paredes, eventual candidata del PRI, y Demetrio Sodi, posible candidato del PAN, permearán porque ambos son muy buenos comunicadores y tiene proyectos novedosos que serán atractivos toda vez que se alejan de lo que hasta ahora ha sido aplicado en la capital.

El Distrito Federal sigue pintado de amarillo, y como decía el lema de la administración de Robles, su corazón late a la izquierda, pero 10 años de un partido en el poder son muchos en estos días, y los retos que el PRD (tan dado a las divisiones) va a enfrentar no son fáciles, más cuando resurgen las voces sugerentes que dicen que entre Sodi y Paredes, podría declinar a favor de quien esté mejor colocado, y entonces sí, dar la campanada.

alfredo.diaz.f@gmail.com

viernes, agosto 12, 2005

El relevo en el GDF

A.D.F.

…Encinas parece entender muy bien que los programas y obras se construyen con el dinero de la gente para la ciudad y no por los beneficios políticos que implican colgarse las medallas. Se nota la diferencia entre un gobernante que no aspira a un nuevo puesto de elección popular…

El relevo de Andrés López en la jefatura de gobierno del Distrito Federal por parte de Alejandro Encinas, ha resultado ser una grata sorpresa, no por el nombramiento -que fue decidido meses atrás desde la oficina del hoy casi candidato del PRD a la presidencia- (y que pasó de trámite por la Asamblea Legislativa, que, obviamente, no la iba a apelar; ellos sólo obedecen órdenes), sino porque en las dos semanas que lleva de su gestión, ha dado un giro radical al gobierno de la capital.

Los pronósticos auguraban -con justa razón-, que la gestión de Alejandro Encinas iba a ser de continuidad en los programas sociales (la plataforma que impulsó a López a la candidatura presidencial), de bajo perfil para no hacer sombra a su antecesor, de un titular con poca presencia pública por su personalidad misma. En pocas palabras, que Encinas iba a ser el encargado de la oficina mientras el ex Jefe de Gobierno se iba de campaña.

En cambio, no pasó ni un día cuando Encinas asestó su primer golpe y nombró a Ricardo Ruiz Suárez como nuevo Secretario de Gobierno (puesto que él dejó), en lugar de Jesús Zambrano, como lo había negociado con los chuchos y los bejaranistas (las dos corrientes perredistas más importantes de la capital).

El segundo momento que aprovechó el nuevo Jefe de Gobierno para diferenciarse de su antecesor, fue el anuncio de la nueva estrategia de comunicación social del gobierno capitalino el 5 de agosto. A diferencia de los anuncios de Andrés López, Alejandro Encinas ofreció nuevos contenidos enfocados a fortalecer “los lazos de convivencia cívica en la ciudad, el sentido de identidad, de pertenencia y vamos a hacer de la ciudad el eje de la política de comunicación”. Cuando se le preguntó si él ya había grabado sus primeros anuncios o lo iba a hacer, Encinas lo rechazó, que él no va a aparecer.

Es decir, dejaremos de ver campañas como la de “A mí me cumplió” o aquellas en las que el Ejecutivos salía abrazando a los asistentes a las inauguraciones de las obras públicas. Encinas parece entender muy bien que los programas y obras se construyen con el dinero de la gente para la ciudad y no por los beneficios políticos que implican colgarse las medallas. Se nota la diferencia entre un gobernante que no aspira a un nuevo puesto de elección popular.

Con el destape del escándalo del delegado en Coyoacán, Miguel Bortolini, apoyando la candidatura del Secretario de Desarrollo Social, Marcelo Ebard, en un evento público, Encinas marcó un tercer paso de distancia en relación a lo que López hubiera hecho.

En lugar de negar los hechos y asegurar que eso era un ataque de sus adversarios, el nuevo Jefe de Gobierno ordenó la inmediata intervención de la Contraloría para que investigue si se ha desviado dinero de la delegación de la secretaría en cuestión a la campaña de Marcelo Ebrard. Además, dio a conocer públicamente que la agenda de eventos del delfín lopizta, sería autorizada por él y para este mes, solamente le veremos en dos ocasiones.

No se puede olvidar que tras la destitución de Marcelo Ebard por el presidente por los linchamientos en San Juan Ixtayopan, Andrés López lo colocó en una posición privilegiada como Secretario de Desarrollo, toda vez que esa es la dependencia que coordina los apoyos económicos a las delegaciones y los programas más vistosos y rentables (políticamente) de esta administración.

A principios de esta semana, el Jefe de Gobierno sustituto, realizó un cuarto movimiento que hasta hace tres semanas no hubiera existido: acudir a una invitación de la presidencia para la entrega de las tarjetas de afiliación al Seguro Popular en Iztapalapa. Un evento de esta naturaleza con Andrés López y Vicente Fox hubiera resultado inimaginable.

El quinto paso de diferencia entre Encinas y López lo veremos la próxima semana cuando el titular del gobierno del Distrito Federal acuda a la reunión de la Conago que se celebrará en Oaxaca de Juárez, reuniones a las que López dejó de asistir seis meses atrás.

La nueva dinámica en el Gobierno del Distrito Federal es evidente en muchos hechos, tanto en el trato de las adversidades como en la disposición al trabajo entre diferentes autoridades. Desde el gobierno federal y del Estado de México, surgen voces que aplauden la disposición en la colaboración del gobierno capitalino, a diferencia del celo que guardaba la administración anterior.

Y es que Alejandro Encinas es así, un militante de partidos de izquierda que ha sabido guardar relaciones cordiales con miembros de diferentes orientaciones en lugar de estarse peleando con todos; un funcionario siempre abierto al diálogo, no en balde fue él quien operó el desmantelamiento del conflicto que hubiera significado la descentralización de los servicios educativos en el Distrito Federal, planeada hace un año.

Encinas fue el sacrificado en el relevo de Jefe de Gobierno, pues de haber sido un excelente candidato del PRD para esta plaza, pasó a ser el sustituto de AMLO precisamente porque su figura no causa conflicto alguno entre las tribus perredistas ni con el gobierno federal.

Encinas es un funcionario siempre fiel a sus superiores, que ha tenido la humildad de aceptar puesto de menor rango a los que ostentaba, y desempeñarlos con la efectividad necesaria para ganar su regreso a posiciones de primer nivel, como fue su paso de la Secretaría de Finanzas al Subsecretaría de Gobierno con la llegada de López al gobierno de la capital.

Así pues, estamos frente a una administración de 16 meses que contará con un sello personal y un nuevo dinamismo, que no ha tardado ni dos semanas en dar señales de una nueva disposición más allá de los celos mezquinos electorales. Una refrescada muy necesaria, ¡bienvenida!

alfredo.diaz.f@gmail.com

martes, agosto 09, 2005

Madrazo v.s. Montiel, el PRI sin el dedazo

A.D.F.

…las similitudes entre ambos no auguran un elevado tono de debate; de propuestas, menos. Madrazo y Montiel son dos viejos lobos de mar que se las saben de todas, todas y que para ganar la postulación echarán mano del recurso que sea necesario (sucio, caro o ilegal) como lo han hecho en sus respectivos feudos…

En el PRI se avecina la lucha interna más ríspida de su historia en pos de la candidatura por la presidencia. Huérfanos del dedazo presidencial que les obligaba a guardar los ánimos, a la disciplina y a la unidad en torno a un candidato, las diferentes escuelas del priísmo superaron su primera gran batalla y enfilan sus mejores –y peores- armas para el encuentro final.

El saldo de la primera contienda arrojó a Arturo Montiel como el vencedor de un enfrentamiento claramente entre salinistas y zedillistas, entre los que en 1999 apoyaron a Roberto Madrazo y los que hicieron lo propio con Francisco Labastida, como Diódoro Carrasco o Emilio Gamboa ahora detrás de Enrique Jackson.

El triunfo de Arturo Montiel del grupo Unidad Democrática, implica el retorno de las figuras desplazadas hace seis años y que poco a poco fueron cavando su regreso a las posiciones de poder con el relevo de Dulce María Sauri en la dirigencia nacional del PRI ya sin un presidente de los suyos en Los Pinos.

El hecho adquiere mayor consistencia toda vez que el otro precandidato y presidente de ese partido, Roberto Madrazo, creció en popularidad y mañas al cobijo del gobierno de Carlos Salinas, es decir, de una u otra manera, el ex presidente tiene fuertes vínculos con los dos finalistas del proceso de selección tricolor.

Sin embargo existen diferencias importantes entre Montiel y Madrazo que los diferencia tanto en sus fines como en su forma de hacer política, ya que sus orígenes mismos son distantes. Estas diferencias resultan fundamentales para tratar de entender el panorama que se conforma al interior del partido político más importante de nuestro país.

A pesar de que detrás de Montiel se hallan varios ex colaboradores de Salinas, su fuerte está en el grupo de Atlacomulco, su cuna, y el que será su principal capital político para enfrentar a Madrazo. Este grupo, pese a controlar el mayor electorado de este país, lleva 55 años añorando que uno de sus vástagos llegue a la presidencia, como no lo lograron Alfredo del Mazo, Carlos Hank o Emilio Chuayffet y no reparará en apoyos para lograrlo.

La relación entre el presidencialismo priísta y Atlacomulco ha sido cordial dado el poder que ambos poseen, no por ello se debe asumir que se trata de grupos afines, pues ambos operan bajo su propia lógica y, en el Estado de México, el poder está monopolizado por los que ahí nacieron o sus ahijados. El poder en esa entidad se reparte, comparte y hereda.

En tanto, Roberto Madrazo es un político que al interior del partido goza de enorme popularidad al haber encabezado una rebelión en contra de Ernesto Zedillo y por las alianzas que ha sabido tejer prometiendo que su victoria traería de vuelta las mieles del poder ilimitado del pasado. Esa añoranza por el cacicazgo que él mismo tiene en Tabasco, es la que congrega gran número de seguidores en torno suyo, como se demostró con su victoria en la elección para dirigente nacional del PRI, en la que de Oaxaca y Tabasco salieron una inusitada (acaso inverosímil) cantidad de votos a su favor.

Detrás de Roberto Madrazo está lo peor del priísmo (si es que entre ellos caben aún distinciones de esta clase). Desde el apoyo de la CTM (Leonardo Rodríguez Alcaine y ahora Joaquín Gamboa Pascoe) hasta Heladio Ramírez, Ney González, Joaquín Hendrix, René Juárez, Manuel Andrade, y los caciques posmodernos, José Murat y el siempre risueño Ulises Ruiz.

La postulación de Montiel como rival del tabasqueño provocó que muchos analistas afirmaran que todo se trata de una farsa, que al interior ya se pactó la candidatura de Madrazo y que el mexiquense sólo la hará de sparring para tratar de demostrar modos democráticos. Quienes eso afirman, están ignorando las encuestas que marcan una tendencia a la baja en la aceptación el presidente del PRI y que si Unidad Democrática, en efecto se mantiene unida, supera en intención de voto 2 a 1 a Roberto Madrazo. Es absurdo pensar que Montiel vaya a vender tan abarato ese capital, sólo por unos cuentos escaños en el Senado y el fuero que ello conlleva a cambio (aunque pudiera hacerle mucha falta).

Quienes dicen que Montiel declinará, gozan de corta memoria, pues el enfrentamiento entre ambos a principios de año para definir al candidato tricolor a la gubernatura del Estado de México fue evidente, y ninguno de los dos dio su brazo a torcer hasta que Montiel logró poner a su delfín, Enrique Peña Nieto, aún con la oposición plena de la dirigencia nacional de partido que apoyaba a Carlos Hank Rhon, uno de los principales prestamistas del PRI, con el que Madrazo ha pactado millonarios créditos a la palabra.

El terreno de las similitudes entre ambos no augura un elevado tono de debate; de propuestas, menos. Se trata de un par de priístas de cepa, herederos de dos escuelas paradigmáticas de lo que ese partido significó en sus setenta años de régimen. Madrazo y Montiel son dos viejos lobos de mar que se las saben de todas, todas y que para ganar la postulación echarán mano del recurso que sea necesario (sucio, caro o ilegal) como lo han hecho en sus respectivos feudos.

El PRI ahora en su conjunto se encuentra ante la disyuntiva de definir su futuro. Las lecciones de hace seis años fueron claras y el único camino seguro es la unidad.

Por lo pronto la primera amenaza de cisma ha escampado con la victoria del de Atlacomulco porque las versiones de fractura del Tucom sugerían que Montiel se iría por la libre en caso de no resultar vencedor, lo que por obvias razones no sucederá.

Arturo Montiel podría acrecentar su popularidad si el priísmo repara en que la fuerza de Roberto Madrazo mengua fuera de ese instituto y que es el político con más opinión negativa entre los votantes, por lo que una victoria suya puede complicarse de sobremanera.

Nunca como ahora el PRI tiene ante sí las respuestas y el camino claro, si se fracturan, pierden como pasó en el 2000; si se unen, están de vuelta en el 2006.

El candidato que resulte ganador deberá ser capaz de manejar la ambición de los militantes del PRI. Si logra capitalizar la ambición por el poder en un proyecto común, la victoria estará cerca. En cambio, si la ambición se aleja de lo común y se convierte en egoísmo porque un grupo sea el que prevalezca, esa misma ambición será la que los relegue otros seis años de la presidencia… quizá hasta doce.

alfredo.díaz.f@gmail.com

lunes, agosto 01, 2005

Severísimo llamado de atención

A.D.F.

…el programa México Seguro, tibia respuesta del gobierno federal, resultó un fracaso anunciado ante la nefasta planeación y los endebles supuestos de los que partió…

Habría que remontarse a los tiempos de la Revolución para encontrar una llamada de atención tan grave de los Estados Unidos hacia nuestro país como el que significa el cierre del consulado estadounidense en Nuevo Laredo, que hoy comenzó.

Tras tres alertas a sus ciudadanos de extremar precauciones para viajar a nuestro país, y de las múltiples llamadas de alerta del embajador Anthony O. Garza a las autoridades mexicanas por la violencia desboradad en la frontera norte, las palabras se convirtieron en hechos y hoy México está en comprometida situación, ya que Estados Unidos no cierra sus representaciones diplomáticas tan fácilmente, y cuando lo hace, es porque hay razones de peso para hacerlo.

Las advertencias estuvieron ahí desde el inicio del año, y nuestro país está ahora en evidencia ante el mundo por la incapacidad de las autoridades para detener la escalada de violencia del narcotráfico en la zona (por mucho que sea una “burbuja” –absurda explicación -). El programa México Seguro, tibia respuesta del gobierno federal, resultó un fracaso anunciado ante la nefasta planeación y los endebles supuestos de los que partió.

Pakistán, Arabia Saudita, Palestina y Nigeria han sido los más recientes ejemplos de cierres de cancillerías o consulados, todas ellas producto del terrorismo desbordado. México se sumó hoy a Colombia como los dos países a los que se les ha aplicado la medida por la violencia del narcotráfico.

La señal no podía tener mayor peso toda vez que el embajador estadounidense es un íntimo amigo de la juventud del presidente George Bush y de su esposa Laura; de los pocos diplomáticos que tiene acceso directo a la Oficina Oval y al Rancho de Crawfford.

Prontas y expeditas las autoridades mexicanas se sintieron lastimadas por el “jalón de orejas” que esto significa y se indignaron. El gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández, solicitó de manera formal que Estados Unidos “revalore su decisión”; desde la PGR el procurador Daniel Cabeza de Vaca dijo que esto en nada ayuda a la cooperación de combate al narcotráfico y hoy su vocero, Fabián Medina, considera la medida de “exagerada”. Medina abunda: “[acciones como estas] sólo se pone en marcha en países en situación de guerra o en donde la violencia es generalizada y se da en virtud de actos terroristas”.

Tiene razón el nuevo vocero de la PGR en diferenciar a nuestro país de las zonas de guerra y de terrorismo, sin embargo es una verdad innegable que en Nuevo Laredo la violencia sí es generalizada. Se refleja en cifras que no se pueden esconder de decenas de ejecutados por semana, jefes de policía acribillados por centenares de balas de grueso calibre a sólo ocho horas de haber sido designados, de estratosféricos índices de asaltos a negocios. Bueno, el viernes hasta un ataque con bazuca hubo contra dos narcocasas. Si esa no es violencia desbordada, ¿entonces qué lo es?

Hechos como estos ocurren a diario y son cada vez más preocupantes. El narcotráfico ha dejado de ser un tumor focalizado y es ahora un cáncer generalizado que contamina a ciudades enteras, presas de las luchas entre cárteles por las plazas más jugosas, como es el caso de Nuevo Laredo. Los antes esporádicos “ajustes de cuentas” o “reacomodo de poder” que ocurrían sólo cuando se suscitaban cambios al interior de las organizaciones (muerte o captura de cabezas) se han vuelto permanentes y cada vez menos pudorosos; ya no ocurren sólo en las noches y en las zonas residenciales o populares en las que se sabía que vivían los narcotraficantes. Hoy a cualquier hora del día, en cualquier zona de la ciudad, bajo el programa de vigilancia que sea, las ejecuciones ocurren y las autoridades no tienen mas que celebrar haber decomisado 1 000 armas en un mes.

El viernes vendrá la nueva evaluación de la embajada norteamericana, que decidirá si la sanción dura una semana más o la levanta, porque más allá del pretexto de “cuidar la integridad de sus ciudadanos”, en el fondo esta medida es una llamada de atención severa al gobierno mexicano y un quemón a nivel internacional.

Cóctel

  • El 19 de noviembre pasado le preguntaba, a propósito de la nueva (y aún inconclusa) Ley Federal de Radio y Televisión, quiénes iban a ser los senadores serviles al duopolio televisivo que la frenarían para obtener tarifas preferenciales ante para el proceso electoral de 2006. Bien, salió el primer nombre. Adivine; le doy pistas:
1) Es senador; 2) Es uno de los responsables de bloquear la discusión de la mencionada ley; 3) Es del PRI; 4) Fue quien le dijo a su gallo"¿y por qué no?"

¿Listo? Se trata de Emilio Gamboa, un cabildero de Enrique Jackson quien logró tarifas preferenciales para colocar al wannabe con una impresionante campaña televisiva que les está saliendo “casi regalada” como dijo uno de los cercanos a Jackson.

A ver quién más cae.

alfredo.diaz.f@gmail.com