miércoles, marzo 08, 2006

"Esta es tu vida"

A.D.F.

En una primera plana que no podría ser más oportuna, el diario británico The Independent, recalcó una vez más la precaria vida de las mujeres en el mundo en pleno año 2006, esa más de la mitad de la humanidad a la que mucho se le exige y poco se le reconoce. Como dijo hoy muy acertadamente la Dra. Dense Dresser, mucho festejo y poca protección. Aquí las cifras del rotativo inglés a propósito del Día Internacional de la Mujer.

“Esta es tu vida (si eres una mujer)”

  • 1% de la tierra escriturada en el mundo es propiedad de mujeres.
  • Una niña bebe nacida en el Reino Unido probablemente viva 81 años, pero si nace en Swazilandia, probablemente muera a los 39.
  • 70% de los mil 200 millones de personas viviendo en pobreza extrema son mujeres y niños.
  • 21% de los gerentes en el mundo son mujeres.
  • 62% de los trabajos domésticos no pagados son realizados por mujeres.
  • 9% de los jueces, 10% de los directores de empresas y 10% de los mandos policiales en el Reino Unido son mujeres.
  • Las mujeres componen el 55% de la población mundial mayor de 60 años y el 65% de aquellos mayores de 80.
  • 970, 000 libras esterlinas (18 millones de pesos mexicanos) es la diferencia del ingreso durante toda la vida entre un hombre y una mujer que trabaja en el sector británico de las finanzas.
  • En todo el mundo 85 millones de niñas no van a la escuela en comparación con los 45 millones de varones en la misma situación. En Chad sólo el 4% de las niñas van al colegio.
  • 700 millones de mujeres no obtienen adecuada alimentación, salud, agua, cuidado de la salud y educación en comparación con 400 millones de hombres.
  • Las mujeres con trabajo de tiempo completo ganan en promedio 17% menos que los hombres en el Reino Unido.
  • En los trabajos de medio tiempo, ganan 42% menos que los varones.
  • El 67% de todos los alfabetos del mundo son mujeres.
  • 1,440 mujeres mueren cada día durante el parto (un promedio de una cada minuto).
  • Una de cada siete mujeres muere en Etiopía durante el embarazo o el parto mientras que en Inglaterra es sólo una de cada 19 mil.
  • En Estados Unidos el 35% de los abogados son mujeres, pero sólo el 5% son socias de las firmas para las que trabajan.
  • También en Estados Unidos sólo el 3% de los puestos de alta gerencia están ocupados por mujeres.
  • Doce son las liderezas de países en un mundo con 191 naciones.
  • Los hombres dirigen nueve de cada 10 películas hechas en el 2004.

Son cifras de países del primer mundo, cabe entonces imaginar el tamaño del problema en Latinoamérica y en el resto de los países subdesarrollados que continúan dejando de lado a la mitad de la población.

El mero hecho de tener un Día Internacional de la Mujer es sintomático de la necesidad existente de revindicar al género no por generosidad, sino por justicia elemental que no pude seguir ignorándolas a ellas, sin las que el mundo simplemente no existiría.

alfredo.diaz.f@gmail.com

domingo, marzo 05, 2006

Los Cartones de Mahoma: La Libertad de Expresión cuestionada

A.D.F.

…si en occidente tenemos temas que no podemos abordar sin cierto rubor, no es válido sorprenderse cuando un pueblo se muestra incómodo ante una provocación…

Las violentas protestas surgidas en países islámicos a raíz de la publicación de caricaturas en las que se representa a Mahoma como antonomasia de terrorismo, puso sobre la mesa el antiguo debate sobre la libertad de prensa: ¿hasta donde se puede decir y escribir?, ¿es ilimitada esa garantía?

Existen en occidente dos posturas diferentes que parecen tener razón en una primera lectura, pero que tras un breve análisis se descarta uno a favor del otro pues son contradictorios entre sí. De un lado la libertad de prensa con reservas y respeto a la sensibilidad de los grupos; por el otro la libertad de expresión ilimitada.

Leyendo los acontecimientos desde la primera posición, se puede argüir que la publicación de los cartones fue innecesaria, fuera de contexto y que su censura pudo haber evitado las agresiones a consulados europeos y la muerte de decenas de personas en Nigeria (resulta curioso ver que la furia musulmana por la “ofensa” sólo ha dejado víctimas de su lado). La limitación a la libertad de expresión está –siempre desde esta óptica-, en el respeto a las creencias y convicciones de los demás.

No obstante esta posición resulta incompatible con cualquier sociedad que busque una composición democrática y plural en la que las convicciones de cualquiera no tienen porqué ser compartidas ni prevalecer su derecho sobre el de los demás.

La segunda óptica sugiere que la garantía de la libertad de prensa debe ser ilimitada, partiendo de la necesidad de salvaguardar el derecho conditio sine qua non para construir una opinión pública informada y libre de ataduras para elegir a sus gobernantes y su futuro.

De lo antedicho se puede cuestionar hasta donde la libertad de prensa puede derivar en un ataque personal, o en provocar –como es el caso de la discusión- hechos violentos de los que no se asume responsabilidad alguna.

No obstante la contraposición de los dos puntos de vista anteriores sólo se refiere a lo que sucede en occidente, ahora falta además enfrentar los puntos de vista de nuestras sociedades con las islámicas cuya concepción de mundo y gobierno no se pueden separar de la religión, por lo que algunos autores como Robert Fisk sugieren que lo que está en el fondo del eterno conflicto religioso no es precisamente los cristianos contra los musulmanes, sino el occidente contra los musulmanes, pues las diferencias estriban más allá del credo (La Jornada, 5 de febrero, 2006).

Mientras que en Europa y América se propaga la idea de gobiernos democráticos laicos, los pueblos musulmanes mantienen la idea de gobiernos teocráticos cerrados cuyos designios deben apegarse a la palabra divina. Y es allí donde yace otra importante diferencia de criterios que no permite el entendimiento y hace que a nuestros ojos parezcan absurdas las manifestaciones: aquí la religión se profesa en la intimidad y no incumbe a nadie más; allá la religión es parte integral de la vida y conduce a la misma. La furia musulmana pudo haber sido cristiana hace un par de siglos que desbordó la Guerra Cristera o aquella que se sintió ofendida con La Última Tentación de Cristo o El Crimen del Padre Amaro. Ambas religiones tienen sus sensibilidades, acaso unos exigen mayor respeto a sus creencias porque las viven con mayor furor.

En occidente mismo persisten tabúes que evidencian la existencia de temas que lastiman, que resultan ofensivos. Negar el Holocausto en algunos países europeos es delito con pena criminal, los cartones antisemitas sufren fuerte rechazo dentro de Israel y la poderosísima comunidad judía en Estados Unidos, misma que impide –tácitamente-, que haya ejecuciones de convictos a muerte en el Sabath. Si en occidente tenemos temas que no podemos abordar sin cierto rubor, no es válido sorprenderse cuando un pueblo se muestra incómodo ante una provocación.

Aunque las manifestaciones dan clara muestra de estar impulsadas desde gobiernos totalitarios en franco enfrentamiento con occidente, no se debe perder de vista que los cartones daneses fueron una artera provocación que más allá de invitar a la reflexión sobre la relación terrorismo-Islam, unió invariablemente ambas partes descalificándolas y señalándolas como responsables, sin aportar la autocrítica indispensable en el asunto de que las potencias colonialistas de los dos siglos anteriores, son responsables del recelo que aquella región del mundo guarda hacia sus invasores.

alfredo.diaz.f@gmail.com