jueves, julio 28, 2005

Federalismo descompuesto, el caso de Noticias Oaxaca

A.D.F.

…el federalismo en la práctica pocas veces se ha ejercido, y cuando así sucede, raya más en la obscena impunidad; el caso del diario Noticias de Oaxaca así lo confirma…

Emulando uno de los dos modelos predominantes en su momento, los ideales de la independencia se fijaron el propósito de hacer de México una república federal. Las luchas intestinas de mediados del siglo XIX significaron la victoria que reiteró el destino de este país.

Así, el Congreso Constituyente de 1917 escribió en el artículo 40 de la Carta Magna: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental.”

Empero, el federalismo en la práctica pocas veces se ha ejercido, y cuando así sucede, raya más en la obscena impunidad; el caso del diario Noticias de Oaxaca así lo confirma.

Durante un mes, 31 empleados de esa casa editorial fueron rehenes en su propio edificio de un grupo de golpeadores que –decían-, eran empleados y estaban en huelga. Hace ocho días, los porros entraron, destrozaron todo a su paso y desalojaron a los reporteros.

La impunidad con la que se amedrenta a ese diario desde la administración anterior de José Murat tiene dos preocupantes aristas. Por un lado, son organismos estatales los que tiene que validar la inexistente huelga y en ella están los compadres del gobernador Ulises Ruiz; lo mismo sucede con el Congreso estatal. En ese sentido, reina la complicidad.

Por el otro, está la inexplicable apatía del gobierno federal, que una vez más demuestra el poco interés que tiene por proteger la garantía del derecho a la libre expresión como sucedió en el caso de la toma de Canal 40 por parte de un grupo armado –con las diferencias propias de cada caso-,

Oaxaca es el caso modelo que demuestra la ineficacia de los mecanismos de control en una federación una vez que el presidente ya no tiene amarrados a los tres niveles de gobierno. Y es que nuestro país pasa del centralismo priísta al feudalismo cuando falta la figura de un ejecutivo fuerte, y en esta última andamos.

Ulises Ruiz hace y deshace a su gusto como lo hizo José Murat con el homicidio de uno de sus escoltas disfrazado de atentado, como lo hizo Víctor Cervera en Yucatán en 2001 poniendo al estado en crisis, como lo hizo Roberto Madrazo en 2000 cuando el fraude electoral, como lo hizo Ignacio Loyola en Querétaro donde desaparecieron 300 millones de pesos y como pasa hoy en Morelos donde las acusaciones contra el gobernador Sergio Estrada por nexos con el narcotráfico, pululan. Todos ellos son señores feudales en sus estados y desde el gobierno federal sólo surge protección o voltean la vista.

Apenas hace 20 años el “federalismo” estaba en el extremo opuesto. Cualquier gobernador que incomodara al presidente era derrocado vía movilizaciones laborales o con una llamada de la Secretaría de Gobernación, cuyo resultado era la renuncia del gobernador y su confinamiento al retiro.

Ninguno de los extremos es saludable para la conformación de Estado que tenemos (quizá nunca fue la más adecuada, pero es la que tenemos). Un día el presidente dejó de ser del PRI y los gobiernadores sus servidores y nadie supo qué hacer porque además no existen leyes adecuadas. Una señal más de los vacíos legales ante la democratización del país.

Mientras existen estados con gran tradición de alternancia en el ejecutivo vía elecciones, de respeto a las instituciones, y un funcionamiento más o menos armónico con el gobierno federal y con los municipales, otros parecen fósiles vivientes del México de la Revolución. Oaxaca es el estado con mayor rezago en desarrollo, producción, educación, salud y ahora de legalidad. Un golpe a un medio de información como el que sufrió Noticias, sólo recuerda a la toma de Excelsior hace 30 años.

El gobierno de Ulises Ruiz -cuando no él directamente- atenta contra la Constitución que limita su libertad y soberanía a la estricta observancia de los preceptos de la ley, como es garantizar el derecho a la libre expresión. Y encima, dice que le dan risa las acusaciones.

La respuesta del gobierno de Vicente Fox ha sido demasiado tardía, apática, tibia, y por si algo faltar, las señales han sido por demás desalentadoras (o infantilmente contradictorias). Martha Sahagún de Fox estaba de visita en el estado como invitada a la fiesta más importante de los oaxaqueños, el Lunes de Cerro de la Guelaguetza, cuando se ejecutó el desalojo de Noticias. Una de dos, o Ruiz cuenta con la complicidad del gobierno de Fox o el gobierno federal es tan inocente que permitió que una afrenta tal sucediera con la presencia de la Primera Dama en la entidad.

Con el discurso de supuesto respeto a las atribuciones de los gobiernos estatales, el del presidente Fox da muestra de miedo, ineficiencia o complicidad con los señores feudales de los estados, quienes, a falta de leyes eficientes o un puño de hierro en el centro, han decidido hacer de su voz, ley, y a ver quién los para.

alfredo.diaz.f@gmail.com

martes, julio 26, 2005

LeviatAMLO

A.D.F.

…para el AMLO, la corrupción es la culpable del desgaste de las políticas sociales, sin embargo se trata de un síntoma de un Estado gigante enfermo porque carece de contrapesos y es ese Leviatán el que promete…

Dicen que quien mucho promete hace dos cosas, promete y miente, y a ese destino parece enfilar Andrés López con la presentación de sus 50 promesas de campaña.

En términos generales, éstas se pueden dividir en seis rubros:

  • Siete acciones con amplias posibilidades de ser implementadas, por ejemplo: otorgar becas a discapacitados pobres, sembrar un millón de hectáreas de árboles maderables o reordenar la deuda pública.
  • Quince buenos deseos políticamente correctos y que cualquiera puede decir, y que sin embargo no definen un estilo ni un fin concreto; todos precedidos de verbos como “apoyar”, “impulsar”, “fomentar”, “estimular”, “promover”, “garantizar”…
  • Diez que ya existen hoy aún en el mediocre sexenio de Vicente Fox como son los créditos al autoempleo, la construcción de 500 mil viviendas anuales, el respeto a la libertad de expresión (de por sí ya consagrada en la Constitución, pero que López se asegura reiterar), mantener el equilibrio macroeconómico…
  • Seis promesas que sólo se pueden hacer con el Congreso de la Unión, del cual, ni él ni ningún otro candidato de ningún otro partido tendrá mayoría sobre él, por lo que tendrán que ser negociadas, tarea que Andrés López no parece capaz ni dispuesto hacer ya que durante la segunda legislatura de la Asamblea Legislativa, todas las leyes aprobadas por la oposición que le fueron incómodas, las vetó o ignoró. Así pues, reconocer los derechos de los pueblos indígenas o impulsar el nuevo federalismo deben formar parte de la plataforma de un partido, no de un candidato, como ya se encargó de señalar el Subcomandante Marcos.
  • Ocho puntos de populismo, tales como entregar útiles escolares a todos los niños, reducir a la mitad el sueldo del presidente o no aumentar impuestos.
  • Y, finalmente, cuatro felices ocurrencias como lo del tren bala, o hacer de las Islas Marías, las islas de los niños.

Las propuestas de AMLO brillan por la irresponsabilidad en el crecimiento del gasto público sin explicar de dónde va a sacar los recursos necesarios para ello si desde el inicio advierte que no aumentará los impuestos. Cada una de las promesas implica que el Estado debe crecer y eso cuesta, lo que además contradice eso del ahorro en salarios, la explicación más recurrente es para justificar de dónde piensa sacar el dinero.

AMLO insiste que se pueden ahorrar 100 millones de pesos al año en recortes a los ostensibles sueldos de los funcionarios federales, pero hagamos generosas cuentas. Partiendo de la imaginaria idea de 32 secretarías, seis subsecretarios por cada una, 18 oficiales mayores, 72 jefes de unidad y así sucesivamente, y suponiendo que los 159,777 funcionarios de alto nivel de todas las dependencias (incluyendo el presidente) dejaran de cobrar durante todo el año, el ahorro sería de sólo 50 mil millones de pesos, la mitad, ¿o pensará reducirle los sueldos a los maestros, médicos y militares? Las matemáticas no mienten.

Con el argumento de combatir la pobreza, AMLO promete entregar pensiones alimenticias universales a los adultos mayores, un plan de gran impacto mediático y gran aceptación en la sociedad, pero con un impacto igual de negativo a las finanzas públicas, siendo además un programa de pocos resultados, ya que cualquier persona con la mínima experiencia en diseño de programas para este fin, sabe que su éxito o fracaso depende de la correcta identificación de los que necesitan la ayuda. El programa de AMLO sale por la tangente y se evita ese dolor de cabeza haciéndolo universal, destinando recursos aún a los que no los necesitan.

La visión de AMLO va encaminada al fortalecimiento de un Estado benefactor y omnipotente desde el que todo se puede resolver, y que sin embargo fracasó décadas atrás, tanto el cambio de condiciones de mundiales como por la corrupción. Para el aún Jefe de Gobierno, esta última es la culpable del desgaste de las políticas sociales, sin embargo se trata de un síntoma de un Estado gigante enfermo porque carece de contrapesos y es ese Leviatán el que promete. Además, el Jefe de Gobierno no tiene argumentos para hablar de combate a la corrupción, como lo pueden testificar Gustavo Ponce, René Bejarano, Carlos Imaz u Octavio Flores.

Tampoco puede hablar del posible éxito de muchas de sus propuestas ya implementadas en el Distrito Federal y que simplemente están en las sombras. ¿Para qué crear 30 nuevas universidades si la del Distrito Federal es una broma?, ¿no valdrá más que se fortalezcan y expanda las que ya existen?, ¿qué se invierta más en ellas?

Sobre política exterior AMLO promete priorizar el tema migratorio con Estados Unidos sin mencionar que primero necesita garantizar la seguridad de la frontera y sin afrontar que México deberá entrar tarde o temprano a la política internacional de combate al terrorismo, a lo que López Obrador reniega, afirmando que mantendrá una política de no intervención y pacifista, cuando el mundo se mueve en dirección contraria: la de la participación multilateral. AMLO prefiere la operación avestruz, aunque esto nos aleje del mundo. De ahí que se pueda decir que, además, su programa está desarticulado de la realidad mundial.

Ante temas que no pude ignorar, como el de un nuevo Aeropuerto Internacional para la capital, la promesa de AMLO es construirlo en Tizayuca, un plan ya descartado por sus dificultades técnicas en materia aeronáutica, pero no puede prometer otra cosa ya que él mismo impulsó el rechazo a la terminal de Texcoco sólo por el botín político de enfrentar al presidente Fox.

Acerca de la propuesta de someter a ratificación el mandato del presidente, consigno lo que Jorge Fernández Meléndez se pregunta: “¿No irá eso de la mano con la intención de mantenerse también, si “el pueblo lo pide” en ese cargo?”.

Hay cuatro temas fundamentales para la consolidación de la vida democrática que AMLO ignoró en su extensa lista:

  • El respeto y reconocimiento de las minorías (salvo a los indígenas)
  • Respeto y ampliación de los Derechos Humanos
  • Fortalecimiento de la democracia formal en todos sus niveles
  • Transparencia y acceso a la información (un tema que debe de ir de la mano al combate a la corrución y que sin embargo saca salpullido al Jefe de Gobierno)

El plan de AMLO es gris y poco ambicioso. No se quiere meter en el conflicto estigmatizado de las "reformas estructurales" aunque es inegable que son necesarias, y no lo quiere hacer porque está claro que le rehuye a las medidas poco populares por urgentes que sean.

El parecido de AMLO con Fox está ahí. Tal y como lo hiciera el guanajuatense hace seis años, Andrés López promete y lo hace bien, pues sabe qué quiere escuchar la gente, no importando que esto sea factible, legalmente posibles o conveniente.

El plan de AMLO sigue la misma fórmula de Vicente Fox: adaptar su gobierno local a nivel nacional con sus adecuaciones, y esperar que funcione sin considerar que Gunajuato o el D.F. no son igual a todo México. Ah, cómo se parecen, ¿será por eso que se aborrecen?

Con Vicente Fox la gente se sintió engañada porque irresponsablemente se le prometió el cielo y las estrellas. Ahora nadie podrá decir lo mismo, porque sobre advertencia

P.D.: ¿Cómo caramba pudo olvidar el elevar el nivel educativo desde preescolar hasta universidad? De nada sirve garantizar el acceso a la educación si esta continúa como va. Fundamental, de novatos, haberlo olvidado ese punto.

alfredo.diaz.f@gmail.com

jueves, julio 21, 2005

Pildora de emergencia

A.D.F.

…los grupos conservadores están en todo su derecho de manifestar su opinión tan radical o liberal como esta sea pero no por unos cuantos se debe ceder a la imposición de su visión, ¿o no acaso es eso lo que pasa en los Estados teocráticos?...

Recientemente nombrado como Secretario de Gobernación, Carlos Abascal ha dado muestras -desde que llegó a Bucareli-, de falta de orientación política, oportunidad y ahora hasta de confundir el servicio público con sus convicciones personales.

El encono innecesariamente público que ahora lo enfrenta con el Secretario de Salud, Julio Frenk, se explica en que Abascal ha decidido poner en el tope de las fidelidades de su desempeño a su convicción religiosa, antes que el interés del país y la conducción política que este necesita y que sí son su responsabilidad.

La integración de la píldora de emergencia al cuadro básico de medicamentos no es una decisión azarosa ni un capricho, como ya se ha cansado de señalar con gran elegancia quien sí es responsable del asunto, Julio Frenk. El proceso de integración fue largo, comenzando hace más de un año con la publicación de la norma oficial mexicana pertinente y ahora, tras una enorme discusión en todos los sectores, su integración al cuadro básico de medicamentos, el 11 de julio por medio de la vigésima segunda actualización del cuadro básico y catálogo de medicamentos, publicada en el Diario Oficial.

No es un capricho ni una ocurrencia pues poner a disposición universal de las mujeres todos los métodos anticonceptivos posibles con seguridad para su salud. Es una obligación del Estado en tanto se trata de un problema de salud pública que debe atender.

Todo lo anterior parece ser cosa menor para el secretario Abascal quien además ignora que su comentario está totalmente fuera de sus facultades legales porque la decisión sólo atañe al Consejo de Salubridad General que –como señala el doctor Miguel Ángel Granados-, es “un órgano constitucional, establecido en la fracción XVI del artículo 73, que depende directamente del Presidente de la República sin intervención de ninguna Secretaría de Estado y sus disposiciones generales serán obligatorias en todo el país” ¿Por qué insiste Abascal entonces?

La postura personal de Carlos Abascal es perfectamente respetable siempre que esta no caiga en la tentación de contaminar su desempeño como funcionario, ya que religión y política no se deben mezclar.

Tomar la píldora o no es una decisión que sólo atañe a las mujeres a quienes sin embargo se les debe garantizar el derecho al acceso de los métodos anticonceptivos adecuados sin que nadie presione para que los utilice y sin que nadie presione para que no lo hagan.

Los grupos conservadores están en todo su derecho de manifestar su opinión tan radical o liberal como esta sea pero no por unos cuantos se debe ceder a la imposición de su visión, ¿o no acaso es eso lo que pasa en los Estados teocráticos? En México los Testigo de Jehová se oponen a beber café y no por ello se nos impide el consumo a los que gustamos de esa infusión; los Judíos se oponen al consumo de crustáceos y carne de cerdo y no por ello se han clausurado las marisquerías ni las taquerías. Siendo esto así, ¿por qué el estrepitoso reclamo de que debe prevalecer la postura de ciertos grupos a la sociedad en general como lo hace Provida? Qué soberbia.

Un Estado laico que permite y garantiza la reproducción de los cultos no puede estar sujeto a ellos como lo ha señalado José Woldemberg. Más aún, tenemos de un lado a la autoridad competente con argumentos científicos y del otro lado sólo se defienden con creencias.

Al final la última palabra sobre la píldora la tendrá cada mujer que haga uso del derecho inexpugnable que tiene sobre su cuerpo.

Las decena de páginas editoriales que sobre el tema se han escrito se hubieran evitado si el secretario Carlos Abascal hubiera dejado su fe en su casa… ¿o acaso poner el tema en discusión fue una apuesta para desviar la atención sobre... las apuestas?

Cóctel

Antes que otra cosa, ofrezco explicación por la suspensión en la publicación de los artículos durante estos 19 días. A la salud de todos los trabajadores, tomé un periodo vacacional de desconecte total, que si bien fue muy merecido, fue más necesario. Ahora estamos de vuelta y a continuar con este ejercicio.

  • Lamentable el secuestro de Rubén Omar Romano, director técnico del Cruz Azul. Sin embargo su plagio cobra dos dimensiones hasta ahora desconocidas en nuestro país. Tenemos que se trata de un secuestro de alto impacto mediático sobre una figura conocida que no se había presentado antes; no podemos descartar propósitos políticos (no necesariamente electorales como se empeña en explicar el Jefe de gobierno). Por otro lado, resulta preocupante que sólo cuando una persona por todos conocida es la afectada por este putrefacto fenómeno, la sociedad civil se vuelve a poner en traje de faena y demanda soluciones, se une, organiza cooperaciones para juntar el rescate, cuando son cientos de víctimas a las que cada año en la capital –junto con toda la familia-, les es arrancada la vida y la tranquilidad.
alfredo.diaz.f@gmail.com

viernes, julio 01, 2005

3 – 6 – 5

…el nuevo presidente llegará con mucho menos capital político, menos impulso popular y más urgencias de las que trajo consigo Vicente Fox…

A.D.F.

El tiempo es imparable e irremediablemente nos alcanza. Lo que aún es un recuerdo fresco en la mente, esa memorable jornada del 2 de julio de 2000, fecha que sin duda quedará grabada en la Historia de este país, es un ciclo que está por cerrarse.

En exactamente un año, millones de mexicanos estaremos acudiendo a las urnas a elegir al sucesor de Vicente Fox en Los Pinos. En las manos de ese hombre (no se vislumbran mujeres con posibilidades siquiera de postulación) estará dar los pasos decisivos en la consolidación de la democracia y tendrá la responsabilidad de lograr lo que más ha faltado en estos cinco años: acuerdos.

La apertura electoral de 2000, desbordó a la política y las miras estuvieron puestas sólo en el interés inmediato de resultados particulares. Todos los partidos se boicotearon mutuamente reformas importantes y factibles por la mezquindad de unos cuantos votos; mientras el país, bien gracias.

La elección del 2000 destapó muchos problemas que habían sido ignorados pues no se presentaron durante el régimen monopartidista imperante durante siete décadas. Para bien o para mal, es el PAN a quien le tocará pagar seis años después la factura de las limitaciones de un sistema que no estaba hecho para la alternancia ni el multipartidismo y cuyo diseño, al final, no era culpa del blanquiazul.

La pluralidad en el congreso que impide las mayorías y permite las colaciones opositoras convenientes a cada iniciativa es una muestra de ello. La falta de cuadros dirigentes afines a la ideología del partido en el poder es una carencia hasta entonces inexistente y que el PAN tuvo que suplir con los resultados ya conocidos.

Dentro de poco más de doce meses (si todo sale bien y el fantasma de la impugnación y la anulación son desterrados de ese proceso, ahora que su presencia es cada vez más persistente) habrá presidente elector. Andrés, Enrique, Roberto o Arturo será su nombre de pila y su filiación será tricolor o amarilla y negra, esas son –hasta hoy- las opciones que despuntan firmemente.

Los retos que asumirá serán sustancialmente los mismos que enfrentó en su momento Vicente Fox. Las demandas de la gente son las mismas pero acentuadas, sobre todo en materia de seguridad y empleo, cánceres que están destruyendo al país.

El escenario nacional lo recibirá con dos importantes cambios, la alternancia en la presidencia ya consolidada con el segundo cambio de partido en la silla en seis años, y el peso creciente del narcotráfico y la violencia que genera, hoy ya realidades de peso que superan “la burbuja” regional y lastima a la sociedad que es ajena de las organizaciones.

Los triunfos de Fox son magros aunque no por ello se deben ignorar, principalmente en materia de transparencia, profesionalización de los cuerpos de seguridad de elite y extensión de la seguridad social. Sin embargo el “no nos falles” que le endosó la gente la madrugada del 3 de julio en el Ángel de la Independencia no le urgía en esos campos.

Quien sea el nuevo Jefe del Estado Mexicano deberá lidiar con el mismo escenario de división política y convenir con los que salgan lastimados, que, con toda seguridad, saldrán más dolidos que hace seis años ante lo cerrado del panorama. El nuevo presidente llegará con mucho menos capital político, menos impulso popular y más urgencias de las que trajo consigo Vicente Fox.

Para desgracia del actual presidente, él fue el piloto de pruebas de la transición y con ella se quemó. Si el que le sigue aprende a evitar los obstáculos en los que se empecinó Fox y afina la negociación, seguramente le irá mejor, y con ello, el país podrá salir del bache.

A 365 días el reloj sigue su persistente y puntual macha, y ahí llegaremos, 2 de julio 2006.

alfredo.diaz.f@gmail.com